para un futuro libro que se llamará “hoy paso por la vereda de enfrente de mi amor pero ay ay ay como me duele el corazón”
(escrito latido a latido en compañía y colaboración del Sr. Nicolás Igarzabal)
nuestro amor nació cuando comenzabamos a nadar…
en las aguas más locas.
eramos dos apellidos caídos de la guía
éramos dos flautitas que quedaron solas en la panadería
éramos dos relojes atrasados
dos billeteras en la oficina de objetos perdidos
dos acróbatas sujetos a un dedo meñique
éramos dos.
a la hora de volver a -noimportacual- casa
eramos ágiles
los primeros rayos de luz que entraban nos hacían bostezar y
a veces te despertabas
abrías la persiana y yo contaba las partículas que flotaban en el aire, pensando en lo pequeño.
todas las mañanas del mundo eran nuestras.
teníamos suerte;
sentíamos la suerte, creíamos en la suerte,
nos creíamos con suerte.
habíamos trazado una cajita de colecciones
donde guardabamos curiosidades
y vos me hablabas
de tantas cosas espectaculares
pero todo se termina, dijo moisés,
y abrió el lago en dos, escapando gloriosamente
y nosotros que siempre fuimos
ágiles
para escapar
unos atletas de la huida
esa vez
nos quedamos callados.
fue la mañana que descubrí que te ibas
Comentarios
Publicar un comentario