Marta
Salinger. 52 años. Profesora de ciencias de la educación en un bachillerato de
caballito. Se aburrió de todo. Nada la satisfacía. Ni siquiera los canelones
del almuerzo le sentaban tan bien. En la cena se manducó un pedazo de carne, una
berengena asada, una porción de pizza, unas papas al horno. Todas juntas en el
plato, y sin embargo pudo distinguir muy bien que la carne estaba salada, la
berengena quemada, la pizza tenía roquefort y las papas simplemente estupendas.
Pero nada la satisfizo. Entonces pensó “me quiero morfar un pendejo”
-che mamu
-qué
papito?
-vos me
querés?
-sí, te
quiero
-¿qué te
parece que si cuando cumplimos 40 años y estamos solos los dos, nos volvemos a
encontrar, nos casamos y tenemos un pibe?
-me parece
muy hermoso
Judith
Alzogarcai. Profesora de inglés. Fue a la guardia porque se levantó con gripe y
no tenía ganas de seguir yendo a la clase de mierda con el curso de mierda en
el que todos hacían lo que querían. le habían otorgado el nivel bajo, era un
bochorno para todos sus años de profesión tener que enseñarle los colores a
unos pendejos insolentes de 16 años. en la guardia esperó con cara de poker en
frente de una madre que estaba con la hija de tres años y la cara llena de
ronchas. Cuando fue su turno, le explicó al doctor lo que le pasaba. Era un
tipo canoso que parecía que no le prestaba atención a lo que ella le decía. Le
desabrochó la camisa y le apoyó el estetoscopio con las manos frías sobre el
pecho. “ahora respirá profundo” judith se calentó muchísimo. Se calentó tanto
que tenía ganas de sacarse el pantalón para que el tipo la siga examinando. Se
imaginó esas manos frías recorriendo todo su cuerpo, en ese escenario de blanco
con el tipo canoso y su uniforme blanco, su lengua caliente, áspera como un
gato, sus manos frías. Era una fantasía tan real que no podía escuchar lo que
el tipo le decía. Apenas le quedaron fuerzas para recibir el recetario con los
medicamentos y no se sabe bien cómo llegó a su casa.
Tito y
Chicho. se conocieron laburando cerca y se hicieron amigos. un día salieron de
trabajar y se tomaron unas cervezas en el bar de la esquina. “vamos a un pute?”
“bueno vamos…” fueron al pute. Tito se agarró una morocha que estaba
reventadísima. Puro culo y tetas, labios gordos. Chicho se agarró a una rubia
platinada que estaba hecha mierda. tetas y culo, también, entangada hasta la
nuca. Se metieron en una habitación de a 4, cada uno con su hembra, y cuando
Chicho la peló, su puta dijo: “AH NO! yo ESO en el culo no me lo meto!”
Carlos era
punkie. Tomaba vino en cartón y tocaba la guitarra criolla en la plaza. Acordes
en 5tas por supuesto. Hacía todo con sus amigos punkies. Vestía chupines y una
remera de los ramones aujereada que cada vez olía peor. Vivía en la casa de una
tía. Un día se fue a sacar la SUBE y estaba re fumado, en la cola kilométrica.
Una vieja que estaba tres personas detrás de él se cayó para adelante. Por
efecto dominó, carlos recibió una alevosa apoyada de un señor de bigote que
estaba en la fila. A carlos le gustó mucho. Y fue tan punkie que se la bancó.
Se hizo traba. Y ahora en las reuniones sus amigos punkies le dicen “EEE
CARLITO MOVÉ LA COLA PA LOS PIBEEES” y él lo hace. Con mucho orgullo. Punk not
dead.
Armando
Puentes era odontólogo, había descubierto hace poco que era puto, había puesto
a cindy lauper de fondo en el consultorio y ya había conseguido su primer cita
con un macho hermoso, sensible, pelo corto, ojos sinceros, estaba muy
emocionado y pensó todo el día “debería hacerme la tira de cola? o es muy
apresurado?”
Mi amigo
juan publicó en facebook “Soy gaaaaaaay” y su amigo Lobo Estepario le comentó
“Siempre lo supimos. Sobre todo que te gustan los pibitos menores de edad”
Gastón se
enamoró de Rosa. La seguía a todos lados. Rosa no le dio bola. Cuando Gastón se
puso de novio, a rosa le empezó a gustar Gastón. Y lo siguió a todos lados. se
cortaron el rostro. Pasaron dos años, se encontraron, se tomaron un whisky cada uno, se fueron del
bar haciendo zig zag y cogieron en una parada de colectivo hasta que se largó a
llover.
Maxi
descubrió que si ponés “cameltoe” en google images te caés de un infarto. Y que
los yankees tienen una palabra para cada cosa.
Paula
estudia teatro. Trabaja en un bar de día. Trabajar es para ella la mismísima
verga. Hay un bachero puto en el laburo que la jode todo el tiempo “que las
cosas van acá, y este trapo va allá, y este tenedor de acá… que ni pienses en…”
los dueños están todo el tiempo en el local. No se puede comer ni una
medialuna. si no hay gente se aburre montones. Pero a veces, cuando está
pasándole el trapo a las mesas del fondo, se imagina que llega Fede por detrás
y la sorprende con una maleducada apoyada, lo cual le hace ver las estrellas.
Esos son sus mejores momentos en el bar de día.
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