-Tu abuelo,
tenía una pija muy gorda, por eso me casé por iglesia
Marisa. 32
años. Diseñadora. Cuando terminó el trabajo de diseño gráfico que la encerró en
su casa una semana, lo primero que hizo fue llamar a su amiga cata a ver qué
iba a hacer a la noche. Tuvo buena suerte y era viernes, y fueron a una fiesta
privada en la casa de cata, con unos tipos que estaban apuestos y otra gente
que ya conocía. se puso en pedo. se puso MUY en pedo. Tiene algunos flashes
pero no se acuerda de nada, se levantó con un gusto a metal y la cabeza partida
en tres, en el diván de su amiga donde atiende a los pacientes y de la boca se
sacó un pendejo.
Un día
Walter le metió a Diana el dedo en el culo lentamente, y presenció cómo entraba
aire en la boca de diana, que se abría relajada, la mandíbula descendía y todo
se fundía en un gran suspiro. hmmmmmm
Darío
Carnaza. Cuarenta y pico. Es encargado de una casa enorme de ropa. En la casa
de ropa tiene su oficina, su notebook y una valijita muy sospechosa que cierra
con llave. Fidel, su colega, le cuida la valija cuando Darío se lo pide, sin
preguntar nada. Un día Fidel la abrió; Darío tenía unas diez revistas pornos,
unos veinte dvds, tres látigos, una mordaza de silicona para la boca, bolas
anales, arneses, ropa de cuero, antifaces, esposas. Cada vez que por una u otra
razón venía la mujer al local y encontraba la valija, le gritaba “qué hacés con
esta mierda? te dije que la tires!” y primero le hacía un escándalo, luego la
agarraba, la tiraba a la basura. Pero Darío tenía un arreglo con el quiosquero
de la esquina, y cada vez que se la tiraba a la basura, el quiosquero se la
vigilaba, para que cuando la mujer de Darío se haya ido, Darío mire a los
costados de la calle, recoja la valija de la basura y la vuelva a entrar a su
oficina.
Anita baila
en tetas frente al espejo y le sale muy sexy. Pero piensa “creo que si tengo
que repetir esto en frente de alguien no me va a salir tan bien. Y si lo
filmo?”
Quique
cumplió 17 y su tío lo llevó de putas. Era su primera vez. El puticlub quedaba
en lomas y era una casa muy pobre. Cuando entraron había una cola de unos ocho
tipos. la puta estaba detrás de un biombo. Cuando le tocó a quique, entró. La
puta se estaba lavando la concha en una palangana. Y su vagina tenía una lengua
que le colgaba como la papada de una gallina.
Claudia
Fisher. Trabaja en un sushibar. Era viernes y no sentía ningún apetito sexual.
Entonces, desde la compu del trabajo escribió la siguiente frase en su muro
“Esta tijerita se oxidó. Se acabó lo que se daba”
Ángeles
Gallardo. 52 años. Se la pasaba todo el todo el tiempo con laura, una pendeja
de veinte años que estaba enamorada de ella. le contaba todas sus cosas y se creían
amigas toda la vida. Pero la pendeja la amaba. La amó como dos años en secreto.
Esa era la única razón por la cual una piba del centro se banque un viaje de
hora y media en el 168 para terminar en nuñez. Un día se hizo tarde en la casa
de ángeles y laura se quedó a dormir. Ángeles le tiró un colchón en el piso.
Laura no pudo dormir en toda la noche. Y por eso, descubrió que a las 4 de la
mañana Ángeles habló dormida, se movió un poco, levantó una pierna y se le
escapó un estruendoso pedo. Al otro día desayunaron y laura la miraba con cara
de “no te podés imaginar el pedo que te tiraste”.
Tomás. 15
años. Le gusta el tiramisú. Hoy se levantó, se tomó un vaso de leche, se lavó
los dientes, la cara, se fue caminando al colegio. Saludó al quiosquero, al
policía, a la vieja que siempre está parada en la puerta del %DIA. Ayer, le
chuparon la pija por primera vez. Quiere revancha.
Luciano. 30
años. Es puto. Hace años que es puto. De toda la vida es puto. Siempre lo supo.
Hace dos años que está solo. No le importa tanto, es profesional, exitoso y
trabaja de lo que le gusta. Pero algún domingo, se ve una película de amor gay
y siempre queda a punto de ponerse a llorar.
En la casa
de Clara se dio la siguiente declaración “las bolas están de más. Yo las
sacaría. Me quedo con el pito. Peinadito. Peladito. A mi me gusta el pelado”
Mi papá
cocina. Le gusta mucho y lo hace con amor. Tiene un delantal de cocina todo
negro que dice “esto no es una panza, es un tanque de combustible que acciona
una máquina de sexo”
-Qué linda
que te queda la pollerita, mamasa! sabés todo lo que te hago…
-Gracias!
qué tetas que tenés, capo! estuviste haciendo deporte?
-Como si
fueran una mezcla de bjork con tears for fears…bueno pero no, al final no era
eso lo que te estaba diciendo, vos qué pensás?
-pienso
que… viste cuando no te podés concentrar porque te moris de ganas de dar un
beso?
Fabiana
cogió con un tipo por primera vez a los 13 años. Y no paró. Cogió, cogió,
cogió. Aprendió que los hombres se diferencian por la pija, las manos, los
hombros, que algunos hombres tienen panza, otros tienen pelos, algunos tienen
granos en la espalda. Pero un día cogió con un tipo y dijo “quiero probar con
una mina”. Entonces cogió con minas. Y cogió. Cogió, cogió. Se dio cuenta de
que las minas son muy extrañas, que algunas tienen pezones que parecen
escarapelas, unas rosados, otros marrones, que algunas les gusta escupirte
cuando te chupan la concha, que otras se molestan mucho si las escupís, que no
es nada complicado saber cuándo algo a una mujer le gusta mucho. Y ahora está
en contradicción. Cuando coge con un tipo tiene ganas de tocarle las tetas, y
cuando coge con una mina desea con todo su ser que la mina tenga pija.
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