“En la tercera edad, el sexo no luce tan bien” Confesó a sus alumnos Marta Mansilla, profesora de Ciencias Naturales de 5to grado.
Fin de
semana. Marla y Toto cogieron a la noche y a la mañana siguiente también. Toto
se fue al baño y al volver Marla había preparado mate. Ella le dijo “quiero que
esta vez me cuentes cosas tuyas y salgamos a caminar de la mano”. El se apoyó
en el respaldo de la cama mientras se calzaba los zapatos y dijo “no. yo
siempre dije coger, no hacer el amor”
Ruth es
judía ortodoxa, le encantan los nishes de papa, las poleras de manga larga
lisas y las zapatillas deportivas. Coge con su maridovich a través de una
sábana agujereada. Maridovich pasa su pija por el agujero de la sábana, cosa
permitida por la convención argentina de judíos. ella preferiría no hacerlo.
sabana no, coger sí.
de sopetón,
otra historia de Ruth. Una vez hubo una ola de calor en Buenos Aires. hacía 40
grados. Ruth transpiraba, Maridovich transpiraba también. Se mojaba la barba,
las medias largas, los zapatos, el gorro, todo se transpiraba. y Ruth pensó:
“estaremos a tiempo para convertirnos al catolicismo?”
susana
estaba arriba de fernando. se movía como un caballo. el le empujaba la pelvis
con las dos manos para clavarsela mejor, la agarraba de la cola. se miraban a
los ojos. cogían mirándose a los ojos. cuando llegaron al orgasmo, fernando le
acabó adentro. a susana le vino una arcada y le dijo “me acabás de hacer un
bebé. va a ser nena y se llamará Daniela”
Esa
terapeuta freudiana conservadora, comenzaba a excitarme mucho con la cara de
indiferencia que ponía mientras yo abría la caja de pandora de mi conciente.
Anotaba todo en su libretita. Conté cosas de mi infancia que pensé que no
tenían ninguna importancia, después conté cosas de mi día. Hablé de mi terrible
intolerancia, mi ensañamiento de “meter todo en un ziploc”, mis ataques de
histeria recurrentes y la angustia que me da el mundo. Su cara cambió de color
cuando antes de finalizar la sesión le pregunté “por casualidad alguna vez
tuviste ganas de cogerte a un paciente?” No me quiso responder.
Estella y
Marina se conocieron en el profesorado Joaquin v. Gonzalez. Estella había
llegado 30 minutos antes y estaba dentro de un aula acostada en dos sillas con
los auriculares puestos. Marina entró al aula a preguntarle algo y al final
charlaron un rato. Así se conocieron. Se cayeron bien. Se pasaron los mails. Y
volvieron a hablar. Y volvieron a hablar. Se encontraron en un boliche gay.
Tomaron dos latas de cerveza y transaron toda la noche. Besos ricos. Bailaron
mucho. Empezaron a verse seguido. Leían poesía, tomaban cerveza, se tiraban a
leer cuentos en el parque rivadavia. Empezaron a salir. Se fueron de vacaciones
con diez amigos, conocieron una playa nudista, una vez hicieron un trío con una
amiga de Marina, Marina jugó al truco con el papá de Estella, Estella le prestó
un libro a la mamá de Marina, Marina le ató los cordones de la zapatilla al
primito de Estella. Estella ayudó a Marina a que se reconcilie con el padre.
Después de un tiempo cortaron. Marina dejó el profesorado y empezó a laburar.
Pero un día pasó por la puerta del Joaquin, y pensó en Estella. Y había una
chica que era igual Estella, pero no era. Marina siguió caminando, se prendió
un cigarrillo y pensó “y si no la olvido nunca más?”
Kevin
Winograd. 32 años. Tiene pancita, barba y anteojos. Es empleado administrativo
de la obra social de pescadores. Después de trabajar se fue con sus compañeros
de trabajo a Pelvis, a cenar y tomar unas birras. Había una stripper increíble
llamada Leila. Bailaba en el caño como si hubiera nacido para ser stripper. Lo
miraba atentamente. Lo fue a buscar y le bailó a él. Se le sentó encima. Los
compañeros de trabajo no la podían creer. Se miraban entre ellos y hacían
señas. Se empezaron a besar. Ovación general. El gerente la fue a buscar y la
cagó a pedos. Leila se metió para adentro. Kevin terminó de cenar y la esperó a
que salga. Se pasaron los celulares. “Esas cosas te pasan sólo una vez en la
vida” Se fue tan contento que no le importó que le acababan de robar el stereo
del auto.
“El
besuquero” era un negro que bailaba axé en un boliche donde iban muchas
solteronas que tenían rouge carmesí en los dientes. No era brasilero, pero se
hacía. Todas lo amaban. Sólo iban por él. Si alguna se enteraba que “el
besuquero” no iba a ir ese sábado, hacían cadena de mensajes de texto y el
bolichongo quedaba vacío. Era un problema para los administradores. Al
Besuquero le llovían propuestas, todas muy indecentes. Un día fue una mina de
30 que estaba bastante buena. Pelo clarito, cara de europea, y un hermoso
vestido ajustado de escote sugerente. Ella le dijo “me dejás que te la chupe?”.
El accedió. En realidad siempre accedía. La mina se agachó y se la empezó a
chupar. Sabía hacerlo muy bien. El negro pensaba en un huevo friéndose en una
sartén para no acabar pronto. Pero a la chica, derepente se le dieron vuelta
los ojos y le mordió la pija. Ataque de epilepsia. El negro le metió una
trompada de reflejo. Terminaron los dos en el hospital. No se vieron nunca más.
En una
reunión de amigas, Samanta levantó su copa para decir; “Yo nunca cogí con alguien
que no me quise coger” Sus amigas aplaudieron como focas extasiadas. Algunos
comentarios “cuánta autoestima!” “qué fuerza de voluntad” “sos una frígida”
-de mi yo
infinito a tu yo infinito nos conectamos para siempre. que no sea el yo finito
lo que nos separe.
-si no
querés que nos separe el finito, entonces pasame una seca, pedazo de
invidivualista!
Karen pasó
todo el día con su papá. Lo vió cocinar, lo vió ir al baño a lavarse las manos,
lo vió hablar por teléfono. Lo vió haciéndo trámites y manejando en el auto. Lo
vió puteando a un colectivero, criticando a la gente y cantando un tango que
pasaban en la radio. y pensó “Quiero que mi próximo novio sea como mi papá”.
Julia y
Carlos se despertaron desnudos y en la casa de Julia. Cuando Julia se levantó
encontró dos forros usados hechos un nudito y tirados en el piso. Entonces le
dijo a Carlos: “Buen día. Vos en tu casa dejás los forros tirados?”
Agustin se
mira desnudo frente al espejo del baño, y piensa “es OBVIO que todos los seres
humanos, nos vemos mucho mejor vestidos que desnudos,
salvo
cuando nos enamoramos”
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